Artículo publicado en el nº179 de la revista Bonart
Arturo y Mónica Ramon toman las riendas de la histórica Artur Ramon Art para capitanear un proyecto bicéfalo que integra antigüedades y arte contemporáneo en un nuevo espacio de más de 600 m2 en la calle Bailén de Barcelona. Después de tres cuartos de siglo en la calle de la Palla, donde Artur Ramon y Garriga había abierto en 1942, inician esta nueva etapa en pleno corazón del Eixample, una zona en crecimiento que ya cuenta con un tejido cultural potente: no muy lejos encontramos la veterana galería Senda, los jovencísimos Bombon Projects, los espacios Volart de la Fundación Vila Casas…
La nueva sede, dividida en dos espacios intercomunicados: galería y anticuario, no supone sólo un cambio de ubicación sino que implica una revisión profunda que busca construir un modelo adaptado al mundo de hoy. No sólo se mudan sino mutan.
Desde el pasado mes de noviembre, a nivel de calle, Mónica dirige el Espacio Artur Ramon, galería singular que presenta las antigüedades de manera innovadora y fresca con la intención de establecer puentes y sinergias entre épocas pretéritas y artistas en activo. Concebida como un laboratorio en un punto intersticial entre galerismo y anticuariado, con esta iniciativa continúan una vertiente iniciada en la década de los setenta por Artur Ramon y Picas. Ahora han ido un paso más allá y han decidido colaborar con escenógrafos, comisarios y artistas para que intervengan directamente sobre su colección, un fondo muy potente en torno a los 6.000 ítems. La nueva propuesta busca también acercarse al público más joven. «Las antigüedades no se pueden seguir presentando como estaban presentando hasta ahora, la nueva generación es mas vendedora que compradora y si exponemos como exponíamos la batalla está perdida».
La primera en aceptar el reto ha sido la artista gallega Pamen Pereira, quien en Tiempo Imaginario (prevista hasta el 28 de febrero) da vida a piezas de mobiliario barroco para crear un mundo mágico entre el cuento de hadas y la novela gótica: candelabros pudorosos que no se atreven a tocar la mesa, vajillas inquietas que danzan alegremente alrededor de una arqueta, pájaros con alas de plomo que escapan de un armario o una pequeña caja fuerte que sostiene la infinidad del océano. Después tomarán el relevo los hermanos Santilari con una exposición sobre los 7 pecados capitales donde las vanidades de los gemelos se pondrán en diálogo con obras «antiguas» que aborden la misma temática.
En el piso superior, Artur Ramon y Navarro se encarga del core business de la empresa: la gestión privada de compra y venta de obra de gran calidad, especialmente de pintura y dibujo. La internacionalización es otro de los ejes principales. París, Londres, Nueva York y Maastrich son testigo. Dos o tres veces al año acogerá pequeñas exposiciones puntuales que si siguen la estela de la primera prometen ser excepcionales.
Como teaser, inaugura con una muestra que ha reunido siete obras del siglo XVII realizadas bajo el influjo del maestro Caravaggio -Bassetti, Borgianni, Caracciolo y Ribera- comisariada por Gianni Papi, «el número uno en caravaggismo». La biblioteca, que supera los 8.000 libros, se convertirá en un centro de investigación para investigadores y crearán también un foco de debate y reflexión con conferencias y encuentros con especialistas. Artur Ramon no ha entendido nunca la tarea del anticuario sin el acompañamiento del estudio y la divulgación.
En la imagen, Mònica Ramon, Artur Ramon padre y Artur Ramon hijo.