Publicado en el nº178 de la revista Bonart, mayo-julio 2017.
David Bowie is explora la evolución y reinvención perpetua de aquel chico de Bristol que desafió las convenciones y se convirtió en icono cultural. Con una carrera marcada por la experimentación musical (del glam al folk, pasando por la psicodelia, el plástico soul o la electrónica y el pop) y los cambios estilísticos continuos, Bowie fue una verdadera máquina sincrética capaz de unir arte, literatura , filosofía, teatro, moda y diseño.
A partir del 25 de mayo, el Museo del Diseño (DHUB) de Barcelona acoge esta retrospectiva que, como una superestrella de rock, ha realizado una exitosa gira internacional -Toronto, Sao Paulo, Berlín, Chicago, París, Melbourne, Groningen, Bolonia y Tokio – desde que se inaugurara el 23 de marzo de 2013 en el Victoria and Albert Museum de Londres.
Barcelona es pues la undécima ciudad donde aterriza y será la única en todo el Estado Español. Las entradas se pueden adquirir anticipadamente y los precios varían de los 14,90 € del ticket para la visita entre semana a los 24,90 € del Fast Pass Ticket que permite el acceso en cualquier momento. Según informa la empresa que gestiona la exposición, con sede en Madrid, los precios están por debajo de los de las anteriores sus gracias a un acuerdo entre el Ayuntamiento de Barcelona y los organizadores de la muestra.
David Bowie is supone una experiencia audiovisual completa gracias al uso de avanzada tecnología multimedia que integra material sonoro en el recorrido. Así, el uso de los dispositivos de Sennheiser permite fusionar virtualmente imagen y música para ofrecer una vivencia holística que une vista y oído.
La exposición en el Victoria and Albert Museum de Londres -la más visitada en los 164 años de historia del museo con más de millón y medio de visitantes- reunió por primera vez más de 300 objetos: vestuario original, fotografías, vídeos, diseños de escenarios, instrumentos de Bowie, carátulas de sus discos, storyboards, repertorios y letras manuscritas, así como bocetos, partituras y textos.
Bowie prestó todo lo que los comisarios Victoria Broackes y Geoffrey Marsh le pidieron -excepto un saxo que le regaló su padre a los 13 años- pero prefirió no hablar con ellos para no condicionar el discurso.
De este modo, en la muestra barcelonesa la fandom podrá disfrutar de los bodies de Ziggy Stardust diseñados por Freddie Buretti o las futuristas vestiduras de Kansai Yamamoto para la gira Aladdin Sane; observar las intimidades del artista a través de las fotografías de Brian Duffy, Terry O’Neill y Masayoshi Sukita o revivir a Bowie a través de fragmentos de películas actuaciones en directo y vídeos musicales. Además, podrá admirar algunas de las pinturas realizadas por el icono durante su estancia en Berlín Oriental a finales de los setenta.
Cuando Moisés subió al Monte Sinaí para recibir las tablas de la Ley, Dios se le presentó diciendo «Yo soy». Al menos eso es lo que le pasa a Charlton Heston a Los diez mandamientos. David Bowie también es, sin atributos. Porque ningún adjetivo podría hacer justicia a la riqueza de este personaje único. Ahora recuerde el segundo mandamiento: no está permitido adorar falsos ídolos. David Bowie es.